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8 ene 2012
La producción de carne de rumiantes en el estado español es en buena medida diferente a los sistemas de producción del resto de Europa y de Estados Unidos. Este sistema se caracteriza por un cebo basado en concentrados y con un sacrificio de los animales generalmente a pesos inferiores y menos engrasados que en otros sistemas productivos.

En consecuencia, las recomendaciones para rumiantes de cebo desarrolladas en otros países pueden tener una utilidad limitada en nuestro contexto. En el caso de los corderos, además de los mayores pesos de sacrificio utilizados en los sistemas de cebo de otros países, las diferencias más importantes se dan con los sistemas anglosajones y son debidas a factores como la mayor edad de los corderos en cebo, la composición de la ganancia de peso y el sistema de alimentación basado en forrajes. En consecuencia, parece necesario desarrollar unas normas adaptadas a las condiciones de cebo habituales de nuestro contexto.
El objetivo de esta publicación es proporcionar una herramienta de trabajo para desarrollar programas de alimentación que permitan optimizar la producción de carne de rumiantes en las condiciones de nuestro país. A lo largo de este documento se describe la metodología seguida como propuesta y no como punto final, sino todo lo contrario, como punto de partida para evaluar sus resultados y aplicación práctica, y proponer modificaciones que deberán contrastarse y mejorarse en las próximas versiones.
Las recomendaciones cubren los apartados de energía, proteína, hidratos de carbono (fibrosos y no fibrosos), minerales y vitaminas de rumiantes cebados bajo unas condiciones de manejo y estado de salud adecuados. Estas normas establecen recomendaciones prácticas para condiciones de campo, por lo que en la mayoría de los casos son superiores o inferiores a las necesidades establecidas por las ecuaciones de predicción. Por ello, cada nutricionista deberá hacer las modificaciones que considere oportunas en función de las necesidades de campo propias de su contexto como la genética del animal, el sistema productivo y el tipo de canal producido.
Los modelos de producción de carne de cordero en nuestro país se han dirigido tradicionalmente hacia la producción de canales ligeras de pesos comprendidos entre los 5 y 13 kilogramos procedentes de corderos lechales, ternascos, recentales y pascuales sacrificados entre 30 y 100 días de edad, con un intervalo de peso vivo entre 9 y 28 kilogramos.
La escasa duración del periodo de cebo determina que los programas de alimentación de los corderos estén basados en un concentrado único de crecimiento-cebo. Las características del concentrado varían en función del potencial de crecimiento de las razas explotadas, con el objetivo de conseguir canales con un estado de engrasamiento similar.
Existen actualmente 50 razas de ovino inscritas en el catálogo oficial, de las cuales 42 son autóctonas (MARM, 2008), lo que da una idea de la dificultad de desarrollar recomendaciones como la formulación de piensos adaptados a cada raza, como los propuestos en las Normas Fedna para terneros. En su lugar se ha optado por clasificar las razas de acuerdo con su formato corporal al alcanzar el peso adulto y su aptitud productiva (mixta o carne).
Contraseñalibrosmvz.blogspot.com

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